miércoles, 5 de diciembre de 2012

La despedida de Edward

Du'Lucart, 27 de Agosto de 970 

Mi querida Lylianna: 

Si lees esa carta, o bien acabo de morir, o bien alguien que no debería conocer de su existencia la ha obtenido. Reconocerás a lo largo de ella cambios de tinta, lógico a lo largo de tu vida pienso ir escribiendo todo aquello que te oculté... 

Lo primero que quiero que sepas es como nos convertimos en la familia Nordin: Hace exactamente dos años yo no era el prof. Edward Nordin, yo viajaba por el mundo junto a mi esposa, Mirella, de un momento a otro ella rompería aguas; Sin embargo, recibimos un encargo un tanto especial. Quisiera aclararte antes de que Mirella y yo nos ganábamos la vida como mercenarios,en ocasiones por causas justas, en otras no tan justas. Pero siempre había recompensa: Que se nos perdone la vida, no pasar por prisión, rescatar a algún compañero y, alguna que otra vez, nos daban dinero o algo útil. 

Aquella vez una familia bastante influyente nos pagaba 1000 Escudos de oro por un asesinato, teníamos que matar a un bebé que nacería esa noche. Era un hijo bastardo de el primogénito La madre es una jovencita arlon que estaba tratando escapar de ellos. Necesitábamos el dinero para darle a nuestro hijo un hogar digno y empezar de cero, acepté el encargo. 

Por desgracia, antes de partir, Mirella rompió aguas, la llevé tan rápido como pude a un hospital, pero no llegué a tiempo. Mirella murió dando a luz, y mi hijo nació muerto... 

Dejando a Mirella en la morgue oculté el cuerpo de mi difunto hijo y me dirigí a buscar la chica arlon. Cuando la encontré ella acababa de dar a luz a una niña con unos cuantos cabellos rojos como una llama sobre su cabeza. La muchacha me miró aterrada y a punto de llorar, apenas me vio se aferró a esa niña como si la vida le fuera en ello. Le propuse a la muchacha un trato intercambiar el cuerpo de mi difunto hijo por la niña. Aceptó y marché a Lucrecio. 

Por el camino recibí la peor noticia que me pudo haber llegado, quien nos falsificaría la documentación había sido detenido, aún así intenté entrar dentro con la niña con identidades falsas.

"Afortunadamente" camino a Lucrecio una repentina explosión me hizo perder el conocimiento. Desperté al par de días en un hospital de Du'Lucart, mi nombre estaba cambiado y tú figurabas como hija mía. En el hospital tuve una insólita visita, se trataba ni más ni menos que de el príncipe Lucanor Giovanni en persona. En aquella habitación en la que nos encontrábamos los tres me explicó que conocía mi identidad y que por mis crímenes me buscaban en casi todo el continente, de ahí el cambio de nombre; también sabía que tú no eras mi hija y me preguntó por ti, tras contarle todo lo que te acabo de contar me ofreció trabajo como profesor de herbolaria en la gran universidad, a condición de que tú y yo viviéramos en ella como Edward Nordin y su hija Lylianna Nordin. No dio explicaciones de porqué tan generosa oferta. 

28 de Octubre de 989 

No me arrepiento de la vida que entre todos te hemos dado: Sé que estás muy consentida por ser la única niña, y que te hemos encerrado en un enorme laberinto lleno de respuestas que no necesitas, quizás por eso no te guste estudiar, ninguno de nosotros te hemos permitido hacerte preguntas porque te las contestábamos antes de que las pensaras. 

La esgrima es la única disciplina en la nadie te facilitó las cosas, y fue tu preferencia. Un caso muy curioso según Cedric, que te cosidera la "hoguera de la universidad". La verdad, es imposible evitar que llames la atención allá donde vallas, todos suelen quedarse mirándote, embelasados, envidiosos o estudiándote...No sé si he sido un buen padre para tí, ojalá sí, me resulta curioso que, sin compartir sangre contigo, mis compañeros me hablen de ti como una hermosa e inteligente dama y yo solo veo una niña presumida. No soy el único que te considera la llama cálida de esta Universidad. Me recuerda a un encuentro de hoy en el que se volvió a hablar de ti... No voy a dar más rodeos. 

Si lees esta carta me han encontrado y asesinado, por consecuencia a ti también te han encontrado. Lo ultimo que supe es que saben que vivo en la universidad junto a mi hija. No te vayas de Lucrecio, solo aquí estás segura, caiga quien caiga, aquí estás absolutamente protegida, y quiero que así sea. También debes asumir, si te quedas, que yo no seré el único que caiga. 

Amigos o enemigos, nunca estarás sola en tu camino. 

Y otra cosa, si merece la pena luchar, lucha. 


 Hector Veins

(Carta de "Dulces Mentiras")

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